- No me gusta la playa huevon, manyas- dijo el muchacho de diecisiete años a su amigo coetaneo mientras su enamorada lo cogia de la cintura.

- Claro pe, pero si esta ona es la que te lleva al telo huevon - dijo y los tres se mataron de risa. Esto lo escuche mientras caminaba rumbo a tomar el bus. Pensé que me hice muchas paltas en mi juventud cuando me estampaban el pegajoso adjetivo, ahora con cubierta enterica para que sea digerido. ¡ Cuanto hemos cambiado en los ultimos años ! ¿Que pasaría si de ahora en adelante, el susodicho adjetivo, resulta siendo un sustantivo más de la lengua y dejase su otrora connotacion oligofrenica?

Tal vez en el pleno del congreso se debatiría que en posteriores ocasiones el uso del citado adjetivo sea sinonimo de buena salud o de alegría. Los congresistas debatirían sobre el huevon o amigo de bancada. Habría una bancada de huevones correligionarios de una denominación política. Las personas se sentirían agradecidas si alguien les propina un sonoro ¡ Huevonaso! al cual responderían con un ¡ Gracias! y Olé. Se propondría el cambio del día del amigo por el Dia del Huevón. En afiches por las calles se vería "Cada vez más huevones consumen Cristal". "Si el Huevon de tu marido te pega, denuncialo". O "para el pequeño huevon que tienes en casa, una Sony Vaio".

En fin, que huevada.