Vacaciones Útiles y nuestros hijos
Algunos colegios dan por finalizado el año escolar con cierto desgano y desinterés. Sin embargo cuando termina el discurso de que los niños fueron “mal” en el colegio empiezan con el de sus “talleres de verano o vacaciones útiles”. Una directora de nido fue sincera y nos dijo que era más algo lúdico todos los días para que los niños no estén todo el día viendo televisión en casa. Y ese es el asidero del nido para generarse unos ingresos extra.
“Vacaciones útiles” es un término que presupone que si juegas en casa o en la calle con tus amigos entonces eres un inútil. Y hacerlo “útil” significa que debemos ocupar el tiempo. Craso error u horror. Un mandato “se perfecto” o “se fuerte” se esconde. Un mensaje de “crece rápido y no disfrutes” también. Los niños sufren una castración lúdica de su entorno.
En los humanos, el juego es un proceso de aprendizaje excelente. Mediante el juego se aprende a socializar, se aprenden rangos y disciplina. ¿No les parece común que muchos niños lleguen a la casa y se tornen agresivos? Claro porque pasan más tiempo en el colegio, alejados de sus progenitores.
Que los niños vayan al nido en vacaciones es una forma de decirles que no los deseamos en casa. El mensaje encubierto y apañado es, para que, “por amor” aprovechen el tiempo. Vamos, el ocio no es malo. Se acuerdan cuando pequeños, no jugaban con la arena de las construcciones en casa o con la tierra o simplemente se armaban un castillo en la sala o su cuarto. Eso es una forma natural de comportarse. La aberración es meterlos a estudiar en verano para “que sea útil”. Lo útil es jugar en los niños, lo útil es disfrutar y darse permiso para disfrutar.
Muchos padres que desconocen el gran provecho que significa disfrutar (debido a que ellos no se dan permiso para disfrutar) cortan estas preciosas horas de juego en los pequeños enseñándoles a no disfrutar, o que si uno disfruta se debe sentir culpable o si uno disfruta luego viene el sufrimiento.
Estas son formas que luego castran el bienestar cuando son adultos. Por ello, mi consejo es que los nenes pasen tiempo en juegos caseros o en lugares de recreo.
Lugares como guarderías o parques de diversión controlada tiene auge. Se la pasan bien el padre y no el niño. Las nanas y los niños paran juntos ¿y dónde están los padres? Trabajando en su propio “no disfrutes”. Son personas no saben “que” hacer en su día libre.
Una experiencia curiosa me ocurrió esta semana con mis hijas. Para mí, estar cerca al mar o la playa es relajante. Recuerdo que cuando quería disfrutar de la belleza de la naturaleza iba a la playa. Mi hija pedía ir a un parque donde hay juegos, que son básicamente emociones para el sistema del oído interno; es decir, te mecen te mecen y segregas dopamina. Pero yo quería ir a la playa. Fue así que me las lleve a la Punta y disfrutaron de Cantolao. Cogían las piedras y las lanzaban. Así la pasamos bien ellas y yo. No hay necesidad de sacrificar el bienestar o disfrute del padre para beneficiar al hijo.
Si los padres “sacrifican” su bienestar por el de sus hijos, conlleva a que el padre perciba al hijo como un límite o un estorbo. Por ello, las experiencias plenas de disfrute de los miembros de la familia son lo mejor para el crecimiento de los niños.