Los dos nuevos humanos
(Y los tipos de peruanos....)
El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad. Albert Einstein
La segregación ha sido una lacra ancestral. Lo vivimos desde que la evolución nos otorga diferencia adaptativa entre el homo erectus y el ergaster, o los neanderthal y los sapiens. Incluso se puede decir que tal acto nos otorga las características que poseemos en la actualidad,tanto biológicas y psicológicas.
Pero el marco de la segregación es la diferencia. Se busca como un piojo hasta que se encuentra el motivo ideal para descalificar al otro. Durante miles de años ha sido la justificación para guerras o enfrentamientos. Sin embargo, luego de la segunda guerra mundial, la humanidad sapiens intentó guiarse bajo los preceptos de igualdad, libertad y tolerancia. Tales valores forman los derechos humanos.
No entiendo bien como pero hay una suerte de lenta reproducción tanto de la segregación, de indiferencia e intolerancia. Los masivos apoyos hacia la separación de Inglaterra, el “NO”, Trump, la indiferencia a los emigrantes sirios, tragedias locales, racismo, entre algunas, atestiguan la existencia de un lado del humano que hemos creído superado.
Uno de los flagelos más notorios es la indiferencia. Esto tiene bases tanto en el aprendizaje como en la biología. La empatía, en neurociencias, lleva a que se activen las “neuronas en espejo” en la circunvolución media frontal. Esta red de neuronas nos ayuda a “ponernos en los zapatos del otro”. Al parecer, hay seres humanos que adolecen de este sistema. Por ejemplo, preguntar por la devolución de las entradas (equivalentes a $ 2)de un evento cancelado por la muerte de cinco personas. No solo eso. Durante el éxodo de refugiados de Turquía, una reportera hizo caer a un hombre que llevaba a su hijo en brazos. ¿Nos sale el lado deshumanizado? Se sabe que ante situaciones de amenaza o guerra, los invadidos se vuelquen en apoyo al invasor, tornándose en sus aliados, e incluso son más crueles con sus semejantes. Esto viene desde hace mucho. Sucedió en la Francia durante la invasión nazi. En Perú, Felipillo,el nativo tallán acompañó a las huestes realistas en la conquista. Cada sociedad tiene un grupo de personas poco empáticas.
Con las redes sociales, esto es más visible. Internet nos ha reagrupado en una suerte de guetos. Ojo que los guetos no son cosa nueva. Los vemos desde China, Japón, Alemania, USA y algunos países latinoamericanos. Al parecer, hay un 30% de los humanos que desarrollan sociopatía. Las ambiciones por el poder real o ficticio los pueden llevar a manipular. 30% que sigue la tendencia sin desarrollar una opinión propia. Y un 30% que tiende a ser empático, y a veces rebelde ante el sistema. Tales cifras son estimaciones que lanzo luego de cavilar sobre el tema (desde hace años).
Para terminar. La falta de empatía (por no llamarlo como sociopatía ya que sería exagerado) puede tomarse como un signo de que ya hemos evolucionado en dos especies humanas nuevas. Una, cuyas características cerebrales les permite ser empáticos. Otra cuyas características empáticas están anuladas y por lo tanto más próximas a la impulsividad. Sería, de comprobarse, la primera vez en que podemos diferenciarnos por características cerebrales. H.G. Wells no estaba lejos al señalarnos la segregación racial del planeta. Al parecer, lanzo esta suposición, estamos ante el homo sapiens robustus (en alusión al superhombre de Nietzsche), que es poco empático, separatista, feudal si se quiere. Y el homo sapiens habilis ( por la capacidad de empatía).
P.D. Las especulaciones vertidas arriba son a título personal.
P.D:parece que cada cierto tiempo, un líder sociópata se alza entre todos para cambiar el sistema. Y hablo del planeta.